La pujante industria cinematográfica dominicana descansa sobre la ley 108-10, que otorga atractivos incentivos fiscales a empresas locales y extranjeras que decidan invertir en producciones filmadas en territorio dominicano.
Con un catálogo de profesionales de primera categoría, la famosa hospitalidad de su gente, y el tanque de agua más grande de toda la región, así como una variedad de microclimas, montañas, playas, dunas, bosques y paisajes desérticos a corta distancia de Santo Domingo. La República Dominicana se afianza como el destino cinematográfico más prometedor de este lado del mundo.